DEVOCIONAL ENTREGANDO MIS EMOCIONES A DIOS

Dios nos creó como seres sensibles, podemos sentir un sinfín de emociones y sentimientos: alegría, tristeza, miedo, orgullo, enojo, tranquilidad, amor… Todas las emociones son engañosas y en muchas ocasiones nos confunden y no sabemos cómo manejarlas y terminan controlándonos. La buena noticia es que DIOS NOS DIO DOMINIO PROPIO para que vivamos no a través de los deseos de nuestro cuerpo y de nuestra alma, sino que podamos vivir por el Espíritu.

El Libro de los Salmos, es uno de nuestros libros favoritos porque da muestra de nuestra humanidad, de nuestra fragilidad, pero también del poder de Dios y de lo que Él puede hacer en nuestra vida si creemos, confiamos le amamos con todo nuestro ser. 

Salmos en hebreo significa “Tehilim” es decir: “libro de alabanza”. Y aunque encontramos también lamentos, cánticos de tristeza, de angustia y desesperación la mayoría de los 150 salmos son para darle la gloria a Dios, para alabarlo. Esta sinceridad, esta humanidad de los Salmos nos gusta mucho porque la vida en este mundo está llena de todas esas emociones, de pasar por diferentes tormentas, tempestades, pruebas… y aún así, podemos encontrar certeza, refugio y paz en nuestra identidad como Hijos de Dios, y es eso lo que nos diferencia del resto que nuestra confianza y esperanza no está puesta en nuestras propias fuerzas sino en Dios.

Cuando miramos nuestra vida con los ojos del mundo, sentimos desesperanza, miedo, angustia, duda, confusión, amargura… es fácil darnos por vencidos. Pero cuando miramos nuestra vida con los ojos de Dios, es ahí cuando podemos decir: soy fuerte en Él, soy fuerte en Cristo que murió para darme libertad, sanidad y salvación. Es decir, nos apropiamos de La Verdad y comenzamos a vivir para y por Él.  

Puedes hacer este devocional, guiándote por momentos, estados de ánimo y/o por días. Lo importante es que seas intencional, abras tu corazón, le pidas al Espíritu Santo que te de revelación y sabiduría para leer y entender La Palabra de Dios.